San Juan Bautista

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martes, 11 de junio de 2013

Exégesis de las alocuciones papales – La difícil e impropia tarea de los laicos - Por Augusto TorchSon

  Ante el aluvión de “improvisaciones” del Papa Francisco a la hora de dar homilías, audiencias, o discursos públicos, la pregunta es si realmente estas son tales. Como en varias oportunidades se refirió en forma extremadamente coloquial, rayando la ingenuidad en lo doctrinal; hasta el mismo Vaticano salió a aclarar cuando dijo: “El Señor a todos, a todos nos ha redimido con la sangre de Cristo: a todos, no solo a los católicos. ¡A todos! ‘Padre, ¿y los ateos?’. A ellos también. ¡A todos! ¡Y esta sangre nos hace hijos de Dios de primera clase! ¡Hemos sido creados hijos a imagen de Dios y la sangre de Cristo nos ha redimido a todos! En dicha oportunidad la Santa Sede a través de su vocero, Thomas Rosica, emitió un comunicado oficial para “aclarar” estos dichos, señalando: “Toda la salvación viene de Cristo, la Cabeza, a través de la Iglesia que es su cuerpo”, escribió Rosica, agregando que “Por lo tanto, no pueden salvarse quienes, conociendo la Iglesia como fundada por Cristo y necesaria para la salvación, se niegan a entrar o permanecer en ella”.

  Días tras día nos llegan las novedosas espontaneidades en los discursos papales, como cuando dijo: “Dicen que mi maestro de ceremonias papales [Guido Marini] es de corte tradicionalista; y muchos,...me han invitado a relevarlo de su cargo y a sustituirlo. He respondido que no, precisamente para que yo mismo pueda beneficiarme de su preparación tradicional y al mismo tiempo él pueda aventajarse, del mismo modo, de mi formación más emancipada. Y para completar su exclusiva identificación con lo novedoso, más recientemente se diferenció de tradicionalistas diciendo: Yo les comparto dos preocupaciones. Una es una


 corriente pelagiana que hay en la Iglesia en este momento. Hay ciertos grupos restauracionistas. Yo conozco algunos, me tocó recibirlos en Buenos Aires. ¡Y uno siente que es como volver 60 años atrás! Antes del Concilio... Uno se siente en 1940... Una anécdota, sólo para ilustrar, no es para reírse, yo la tomé con respeto, pero me preocupa; cuando me eligieron, recibí una carta de uno de estos grupos, y me decían; "Santidad, le ofrecemos este tesoro espiritual; 3.525 rosarios". Por qué no dicen rezamos por usted, pedimos... pero esto de llevar las cuentas... Y estos grupos vuelven a prácticas y a disciplinas que yo viví -ustedes no, porque ninguno es viejo- a disciplinas, a cosas que en ese momento se vivían, pero no ahora, hoy ya no son... " 

  Hay que tener en cuenta que a quienes nos consideramos dentro del grupo que tanto preocupa a Francisco, nos llamó despectivamente “controladores de la fe” o que pretendemos hacer de la Iglesia una “aduana”.

  Lo extraños es cuando se sale a aclarar que lo que dice el Papa, se aduce que habla en sentido corriente y no doctrinal, como si no hablara como Papa. Ahora, si el pontífice no habla como tal, ¿tendríamos que esperar que lo haga Obama o Ban Ki Moon?

  Si se analizan todas las ambiguas aseveraciones de Francisco, y recurriendo al argumento de la prensa oficialista de que no es teólogo como Benedicto XVI, habría que concluir que es un pontífice limitado intelectualmente. Pero no podemos dejar de razonar y sospechar que más que puerilidad en el hablar sus discursos se perfilan directamente a lo que necesita el nuevo orden mundial de la Iglesia. Esto es una iglesia universal que no se preocupe por lo dogmático, sino por lo social, y que esté “con las puertas abiertas” para recibir a todo el mundo. Mundo al que dice Francisco combatir.

  Con respecto a sus prédicas No se puede dejar de señalar sus referencias casi exclusivas a la pobreza material, a la lucha contra las mafias, la corrupción, el desperdicio de la comida y el ser guardianes de la creación y demás cuestiones sociales, políticas y ecologistas, más NO ESPIRITUALES, que bien podríamos esperar de una activista “indignado” y no de un pontífice, que encima aclaró que la Iglesia no es una ONG a pesar de sus dichos. Ahora al hablar de Iglesia, mucho me gustaría que diga “Católica” ya que al decir que todos somos hijos de Dios, ateos agnósticos y de otras religiones; bien podríamos estar promoviendo un falso ecumenismo que se enmarca perfectamente en nuestras sospechas e intencionadamente o no, puede preparar perfectamente la religión del anticristo.

  Se podrá aducir ortodoxia cuando habló en más de una oportunidad del demonio, sin embargo no  mencionó el Infierno ni del pecado que lleva a esté. También los modernistas hablan en su “emancipada formación” del diablo como la representación impersonal del mal, relacionando a este último con la mundanidad, que para nuestro pontífice esta constituida por riquezas conseguidas con opresión a los pobres.

  La invitación a "salir de las sacristías" para ir a las “periferias existenciales” requieren también una adecuada explicación, ya que ordinariamente se entiende como una invitación a que los curas salgan a hacer activismo, como lo hacen sus amigos, los curas villeros, tan afines a la condenada Teología de la Liberación. Tal vez olvide nuestro Papa argentino que las sacristías ya están vacías, porque cuando uno busca sacerdote para confesarse, difícilmente se encuentre a alguno ya que están atareados en  innumerables cuestiones sociales.

  A quienes tratamos de respetar el Magisterio y Tradición de la Iglesia, se nos acusa constantemente de no confiar en el Espíritu Santo que eligió al pontífice. A esto habría que contestar tratando de entender que se entiende por asistencia del Espíritu Santo en este caso, o en qué consiste la infalibilidad del Papa y su la acción del Paráclito incide en la elección en el Cónclave. Así la mayoría de los católicos, consideran que el Espíritu Santo anula las personas de los cardenales en la votación del Papa y de la persona del Romano Pontífice, haciendo de este casi una marioneta, y  carente de voluntad entra en una suerte de posesión divina  y por lo consiguiente nada de lo que haga puede ser desacertado.
 
  Para empezar, el Espíritu Santo no elige al Papa, y con respecto a que todo lo que diga el Romano Pontífice es infalible, es preciso decir que los papas son personas que toman sus propias decisiones, con más o menos libertad (esto tambien por las presiones de la poderosa masonería dentro del Vaticano), y al no ser autómatas, constantemente se equivocan y eso no afecta la asistencia prometida (una vez electos, entiéndase bien) por el Espíritu Santo, ya que nuestra libertad no se ve anulada aun en estado de gracia.

Entonces habría que empezar por entender en qué consiste la infalibilidad papal. La misma tiene que ver con lo prescripto en Mateo 22,32: “…Yo he rogado por ti para que tu fe no falle; y cuando hayas regresado fortalece a tus hermanos”. Y de acuerdo al Catecismo 891 “El Romano Pontífice, Cabeza del Colegio Episcopal, goza de esta infalibilidad en virtud de su ministerio cuando, como Pastor y Maestro supremo de todos los fieles que confirma en la fe a sus hermanos, proclama por un acto definitivo la doctrina en cuestiones de fe y moral”

  Entonces la intervención del Espíritu Santo no tiene que ver con la elección sino con la asistencia en cuestiones de dogma y moral. Pero, ¿qué pasaría si falla en estos aspectos el Papa? Según el otrora conservador y ahora aggiornado Padre Iraburu, eso demostraría que no es Papa.

  Hasta ahora la cuestión es peligrosa, y no debemos ni podemos dejar de observar lo que nos parece razonablemente inadecuado. La iglesia nunca nos pide que actuemos en contra de nuestra razón. Y no solo tenemos que combatir los errores, aunque vengan del Papa, sino que no podemos dejar de observar las extrañas situaciones que se están viviendo en el Vaticano. Una renuncia papal, dos papas coexistiendo, una supuesta elección de otro pontífice (Scola) para después rectificar el error y anunciar que en realidad era Bergoglio y esto sin mencionar, el total descarrilameinto de cardenales y obispos, haciendo promoción de la homosexualidad, el aborto (píldora del día después), el fin del celibato, y la legalización del pecado al promover la comunión a los divorciados y vueltos a casar. Todo esto sin mencionar que fuera de la Iglesia asistimos a la globalización en el mundo del matrimonio homosexual, el aborto, la promoción de la  promiscuidad en las escuelas del mundo entero, la obligatoriedad de vacunarse con peligrosas vacunas con excesivas dosis de mercurio y el desempleo global, que lleva a las personas a depender exclusivamente de los Estados para sobrevivir.

  Este nuevo orden mundial, judeo-masónico, tiene como único objetivo la imposición de una tiranía global que va a traer como pacificador, ecumenista, ecologista y encantador de multitudes al único y personal anticristo.

  Cierto es que no nos corresponde saber día ni hora, más Cristo anunció señales para estar atentos y la más patente de todas es “Cuando vuelva el Hijo del Hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra? (Lucas 18,8)

  Trabajando para que Cristo reine, decimos: Adveniat Regnum Tuum (Venga a nosotros tu Reino)


Augusto TorchSon (Otro restauracionista más)


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